La carne contiene proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales. Sin embargo cuando comemos carnes también ingerimos otras sustancias como hormonas, nitratos y aditivos no tan recomendables para la salud. La carne es un alimento más y a pesar de lo que se piensa no es imprescindible en una dieta bien planificada. España es el quinto consumidor de carne roja del mundo. Si la recomendación es comer carne entre 1-3 veces por semana y la semana tiene 14 comidas y cenas, reflexiona. ¿Cuantas comidas y cenas haces sin carne? Comemos demasiada carne y este hábito se ha convertido en un gran problema de salud pública.
En octubre del 2015 la OMS (Organización Mundial de la salud) alertó del riesgo que suponía para la salud el consumo de carnes rojas y procesadas por su vinculación con el cáncer y otras enfermedades degenerativas. Se armó un gran revuelo. Pero veamos cuales son las mejores y las peores carnes para la salud según las conclusiones de esta y otras organizaciones como la Universidad de Harvard.
Las carnes frescas siempre son la opción más saludable. Es decir una pieza de carne fresca para cocinar, ya sea un filete o un muslo. Dentro de las carnes frescas lo mejor es consumir carnes blancas, es decir aves. No, el cerdo blanco no es carne blanca a pesar de que las corporaciones de las potentes industrias intensivas nos lo quieran vender como tal. También hay que tener en cuenta el corte anatómico; no es lo mismo un lomo que una panceta. Son más saludables los cortes magros que los grasos.
Las carnes procesadas. Estas son las más peligrosas de todas. ¿Cuales son? las que resultan de transformar una carne fresca ya sea cocerla, ahumarla, salarla, curarla… De estos procesos y la adición de sal, de conservantes y otros aditivos que mejoran su aspecto y su sabor, surgen sustancias químicas potencialmente perjudiciales. Son las comidas preparadas (como hamburguesas) y los embutidos. Dentro de los embutidos también hay calidades. Los mejores serán los menos procesados y con una materia prima de mejor calidad, el jamón y el lomo. Los peores, las mortadelas y los frankfurts. Pero sintiéndolo mucho chic@s, ¡no, el jamón y lomo tampoco son saludables! Los embutidos de carnes blancas como la pechuga de pavo tampoco. Reduce su consumo.
El cocinado también influye. Un chorizo a la brasa, frito o a la plancha aumenta su contenido en nitrosaminas altamente cancerígenas.
Al consumir este tipo de carnes estás aumentando tus papeletas para determinadas enfermedades. Lo bueno es que está en tus manos modificar este factor. Una forma genial de reducir riesgo es aumentar tu consumo de vegetales y legumbres.
Las legumbres no solo son una fuente de proteínas de alta calidad sino que también contienen gran cantidad de fibra. Por eso son más saciantes y ayudan a la función intestinal. La carne apenas contiene fibra y necesitarás comer más cantidad para saciarte. Por no hablar de la cantidad de recursos que requiere producir un kilo de proteína en comparación con uno de proteína vegetal.
En conclusión, si te interesa tu salud y/o el medio ambiente, reduce tu consumo de carne. La producción de carne intensiva además de ser una aberración para los animales, contamina más que el sector del transporte. Si una familia de 4 personas deja de cenar carne sólamente una vez a la semana está dejando de contaminar el equivalente a las emisiones de un tubo de escape de un coche encendido durante un mes ¿Impresionante no? El consumo de agua y de combustibles fósiles para la producción de carne también es desorbitado.
Reduce tu consumo de carne. Tienes muchas razones: salud, ética, solidaridad, conciencia, responsabilidad social y ambiental o para mejorar tu economía familiar.
CUANTO MENOS CARNE PROCESADA COMAS MEJOR
3 personas / 4 minutos de preparación y 35-40 de horneado
Ingredientes
- 1 pechuga de pollo eco ( 2 mitades) 380g
- 1/2 brocoli (270 g)
- 4 patatas pequeñas (300 g)
- 1 pimiento rojo pequeño (150 g)
- 2 tomates pequeños (240 g)
- 3 zanahorias (180 g)
- 1 cebolla morada pequeña (130g)
- 1cabeza de ajo
- 1 cdta de cada especia: pimienta negra, romero, tomillo, curry o cúrcuma (opcional) y una pimienta cayena desmenuzada (opcional)
- 1 cdta de sal
- AOVE (aceite de oliva virgen extra)
En esta receta todo se cocina a la vez en una bandeja de horno durante el mismo tiempo.
Cómo las verduras tienen distintos tiempos de cocción, el truco está en cortar las mas duras como las patatas y las zanahorias más finas y las verduras más delicadas que se hacen antes como el brócoli en trozos más grandes.
Lava bien las verduras y córtalas. Las zanahorias en rodajas finas (como monedas), la patatas en gajos pequeños con piel, la cabeza de ajo a la mitad y lo demás en tacos.
En un cuenco pequeño mezcla una cucharadita de cada uno de los condimentos. Sal, romero, pimienta negra, tomillo y curry o cúrcuma.
Dispón las verduras en una bandeja de horno y riégalas con un buen chorro de AOVE. Sazona con dos tercios del condimento. Es hora de meter la zarpa y gozarla revolviendo todo con las manos. Pringa un montón, pero merece la pena el momento de olores, colores y masaje.
Haz un hueco central entre las verduras y pon las pechugas con la cabeza de ajo. Riega nuevamente con AOVE y las especias restantes.
Hornea a 200 grados durante 35 minutos. Una vez pasado ese tiempo pincha una patata para comprobar que esté hecha, sino espera unos minutos más.
Para emplatar, corta unos trozos de pechuga acompañados de mucha verdura y unos ajos asados. Riega todo con la salsita que se ha formado en el fondo de la bandeja.
¡Tachán! Tienes una comida o cena que has tardado 4 minutos en preparar y que el horno a cocinado por tí ¡ A gozar!
- TIPs:
Las patatas pequeñas son ideales para esta receta. Al hacerlas con piel quedarán mas jugosas y te ahorras el trabajo de pelar. Si te es posible usa patatas ecológicas, si no es mejor pelarlas. Muchos herbicidas se concentran en la piel y así te los ahorras.
Los ajos asados son deliciosos y muy fáciles de descamisar. Aprieta por el estreno cerrado y sale entero como un flash de hielo.
El curry es opcional, sin él queda muy rico también. A mi como me gusta un toque calentito, no me resisto a echarle una pimienta cayena al mejunje de especias.
En lugar de pechugas puedes usar muslos. Tardarán unos 45 minutos a 200 grados dependiendo de la potencia de tu horno.
Si quieres un extra de salsa añade a la bandeja un poco de agua caliente en los últimos minutos de horneado.
¡Ojo cuando compres carne picada en el super! Está de moda un preparado de carne picada que solo contiene el 55 % de carne o menos, el resto son féculas, almidones, azúcares y aditivos. Se vende tanto en bandejas como al peso en la carnicería. Es mejor que le pidas al carnicero que te pique en el momento el trozo de carne de tu elección. Así puedes controlar la cantidad de grasa y estarás pagando solo por carne a precio de carne. Las salchichas y el chorizo fresco también son carnes procesadas y pueden contener ingredientes de poca calidad.
No te olvides de consultar recetas de la web como “Hamburguesa sorpresa” hecha con lentejas crudas o “Burguer de frijoles negros y portobellos” Estoy segura de que te encantarán. Los que prueban estas burgues vegetales se sorprenden de su sabor y lo bien que sientan. Son una buena alternativa a la carne y una manera fácil de comer legumbres sin aburrirse.
¡Escucha a tu cuerpo! Analiza como son tus digestiones y como te hacen sentir algunos alimentos. Una buena digestión pasa por una experiencia ligera en el estómago, que te aporte vitalidad, sin reflujos, molestias ni acidez y que el acto de ir al baño sea un momento satisfactorio. Comiendo una buena cantidad de verdura y legumbres y un aporte de carne comedido puedes conseguirlo. Los embutidos y algunos guisos pueden ser muy pesados e indigestos.