Pondremos reflexiones que nos harán parar a pensar y replantearnos la forma en la que nos enfrentamos a la vida.
Podéis hacernos llegar vuestras ideas o pensamientos.
Esta semana:
Después de varios años con mi discapacidad y viviendo con esa anomalía; he llegado a la certeza plena y absoluta convicción, que nos vamos forjando como persona, en todos sus caracteres, según nutrimos física y emocionalmente nuestros días.
Nuestros actos y nuestra forma de ser, condicionan de forma expresa y evidente nuestra vida, nuestra relación con los demás.
En ocasiones es triste y doloroso, comprobar como la pérdida de una capacidad o dificultad para realizar lo que normalmente se da por hecho, que como seres humanos podemos hacer, desemboca en la persona discapacitada, un torrente de tristeza, de complejo de inferioridad, un férreo bloqueo anímico, que únicamente le hace vivir y sentir la discapacidad que sufre.
Si algo he aprendido en este tiempo, es en desarrollar con plenitud lo que puedo hacer, de ponerme a un lado de mi discapacidad, en paralelo, lamentablemente no la puedo abandonar, pero intento y muchas veces consigo, que las líneas que traza no confluyan con las que mi vida dibuja.
Al principio es impensable poder hacer este juicio de valor, durante el camino hay baches, socavones, grandes cuestas, pero no abandones, sigue aprendiendo el arte de vivir con discapacidad.
Solo cuando hayas conseguido utilizar tu discapacidad como motivación para conseguir tus retos, vivirás de forma plena la vida que puedes, no acortes tú mismo esa posibilidad que tienes.
Nunca dejes que tu discapacidad sea más fuerte que tú como persona, sé y representa tú mismo, el máximo porcentaje de tu vida.