¡Dame calabazas! ¿Por qué? Por su precio, su dulzura, su gran sabor, sus antioxidantes, sus pocas calorías y sus minerales. La calabaza es ligera, saciante y muy versátil en la cocina.
En puré me encanta, pero a veces cortarla en trozos puede ser toda una batalla. Sin embargo, como decía mi profesor de Taichi : “no es cuestión de fuerza si no de saber como” Tan sencillo como hacer que el horno trabaje por tí. Una vez asada, la calabaza se desprenderá de su piel fácilmente con una cuchara y además el caramelizado del cocinado le dará mucho sabor. ¿A qué estás esperando? Prepárate un delicioso puré de calabaza. ¡Te lo mereces!
COME VERDURAS DE TEMPORADA CADA DIA
3-4 persona /35 minutos
Ingredientes
- media calabaza (400 g)
- 1 zanahoria grande
- tres patatas pequeñas
- 1 cebolleta con su tallo verde
- 3-4 dientes de ajo
- tomillo
- pimienta negra
- sal
- AOVE (Aceite de oliva virgen extra)
- queso tierno eco rayado
- pipas de calabaza
Precalienta el horno a 200 grados.
Mientras tanto, quita las primeras capas de la cebolleta y las partes secas o estropeadas. Corta en cuadraditos incluido el tallo verde. Pela y lava la zanahoria y las patatas y cortadas en lascas.
En el fondo de una cazuela pon la verduras picadas con 3 cucharadas de AOVE. Sala. Rehoga unos minutos a fuego suave moviendo de vez en cuando. Cuando la patata empiece a tener alguna arista dorada cubre con agua mineral y deja que haga chu-chu unos 10-12 minutos a fuego medio. ¡Adoro el chu-chu! ¡Que momento!.
Pon la media calabaza lavada en la bandeja del horno sin quitarle las pepitas. Pon los dientes de ajo con su camisa dentro y por encima sal, pimienta, tomillo y un buen chorro de AOVE.
Hornea a 200 grados unos 30 minutos, según el tamaño. Lo que hay que conseguir es que la carne se desprenda de la piel con suavidad.
Separa la carne de la calabaza ayudándote de una cuchara. Aparta las semillas y las hebras del centro y resérvalas. Con los dedos saca la carne del ajo. Pon la carne de la calabaza y los ajos en la cazuela y bate todo junto. Rectifica de sal y añade un poco de agua en función de la textura que desees. La crema tiene que ser sedosa y suave al paladar.
Emplata con un toque de queso rayado y unas pipas de calabaza.
TIPs:
El otoño y el invierno es la mejor época para comprar calabaza.
Compra una calabaza cortada al medio para evitarte el esfuerzo.
No tires las pipas que contiene y sepáralas de las hebras. Si no están suficientemente tostadas aprovecha el calor residual del horno y dóralas más sobre un papel de horno. O si no, termina de tostarlas en una sartén a fuego medio. Merece la pena el trabajo, calentitas son una delicia.
Aprovecha que has encendido el horno para otras preparaciones. La calabaza es muy barata pero la luz no.
Deshecha las partes ennegrecidas que hayan podido salir en el horneado, amargarán el plato y no son nada saludables.
Si no quieres usar el horno puedes añadir trozos de calabaza al restos de las verduras y cocerlas simplemente como cualquier puré.
No cometas el error de añadir azúcar o nata a la crema. No lo necesita. Su cremosidad y azúcares naturales son mas que suficientes y el efecto dentro de tu organismo infinitamente mejor.
Añade calabaza a tus menús diarios. Su sabor dulce y textura suave la hace muy moldeable para todo tipo de platos dulces y salados: bizcochos, tortitas, magdalenas, legumbres, arroces, tortilla, pasta fresca o guarniciones…¿se te ocurre algo más? Ahora imagínate si la combinas con especias…