Mojo picón rojo

Mojo picón rojo

El mojo picón es otro de los tesoros de nuestra maravillosa herencia mediterránea. En cuanto oímos su nombre lo relacionamos con las Islas Afortunadas. Y ya creo que lo son, no solo por sus paisajes paradisíacos sino también por su riqueza cultural y gastronómico tan cercana y a la vez tan singular. El mojo picón es una salsa muy fácil de elaborar, de sabor muy potente que con poca cantidad aporta mucha gracia a patatas, carnes y pescados. El mojo clásico lleva cadena o guindilla, cominos, sal, aceite y vinagre. A partir de ahí prácticamente cada casa tiene su propia receta: con almendras, pimiento fresco, guindillas diversas o pan tostado. Hay infinidad de variantes, mojo verde, mojo rojo o mojos especiales como el que se hace con ajo negro. Mi elaboración favorita es con mortero y aunque es un poco más laborioso la textura merece el esfuerzo. Pero tranquilos traigo la versión exprés.

El ajo es antibacteriano, antivírico y antifúngico por lo que puede ayudar a combatir muchos tipos de infecciones. Es muy conocido desde la antigüedad por sus cualidades reconstituyentes y medicinales ya que funciona como hipocolesterolémico o antihipertensivo. A mí personalmente me da mucha energía. Al consumirlo crudo puede ser demasiado fuerte, pero el comino ayuda en su digestión y el aceite lo suaviza un poco. La parte picante ayuda a despejar las vías respiratorias y estimula la circulación sanguínea. Por su parte el pimentón contiene mucha vitamina C. La combinación Ajo-pimentón es un tándem muy utilizado en la gastronomía mediterránea.

Me están entrando ganas de viajar y comer bien ¿Nos vamos a Canarias?

CONSUME SALSAS SALUDABLES

 

Ingredientes

 

5 minutos (batidora)

· 1/2 Pimiento rojo (150g) · 1 ó 2 pimientas Cayena · 2-3 dientes de ajo (si son tiernos mejor) · 1 cucharadita de comino en grano · 1 cucharadita de pimentón dulce · 1/2 taza de aceite de AOVE (aceite de oliva virgen extra) · 1 cucharada de vinagre de Jerez · 1/4 cucharadita de sal · pan rallado integral (opcional)

  • 1/2 Pimiento rojo (150g)
  • 1 ó 2 pimientas Cayena
  • 2-3 dientes de ajo (si son tiernos mejor)
  • 1 cucharadita de comino en grano
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • 1/2 taza de aceite de AOVE (aceite de oliva virgen extra)
  • 1 cucharada de vinagre de Jerez
  • 1/4 cucharadita de sal
  • pan rallado integral (opcional)

1- Lava bien y corta en trozos el pimiento rojo.

2- Añádelo con el resto de los ingredientes y bate hasta obtener la textura deseada.

3- Prueba por si fuera necesario añadirle un poco más de sal o vinagre. Si quieres una textura mas densa añade una o dos cucharadas de pan rallado integral.

¡¡Listo!!

TIPs:

Lo ideal para esta salsa son ajos tiernos y guindilla fresca. No es fácil disponer de ellos, pero si tienes una huerta, los ajos recién recogidos son ideales porque son más suaves y amargan menos. Como mis ajos eran viejos he optado por añadir pimiento fresco para suavizar un poco la salsa.

Aplasta o chafa los ajos para “descamisarlos”. Esto hace que el ajo libere un potente compuesto bioactivo potencialmente carcinógeno.

Este mojo dura unos días en la nevera, pero si quieres que te dure más tiempo puedes prescindir del pimiento fresco. Es tu oportunidad de usar el mortero: primero machaca los ajos, el pimentón, el comino y la guindilla con un poco de sal en el fondo para que nada salga disparado. Una vez que tengas el puré, añade paulatinamente el AOVE y el vinagre hasta que todo esté bien integrado.

Cuidado con la sal, el resto de ingredientes son muy potentes. Demasiada sal podría estropear la receta. Echa poca cantidad, prueba y añade más si fuera necesario. Lo mismo sucede con el ajo y la guindilla.

Si vas a acompañar patatas con tu mojo, asegúrate de que estén muy bien cocidas (unos 40 min a fuego lento). Así conseguirás una textura más cremosa y fácil de integrar con la salsa. La espera merece la pena. Ojo, las clásicas papas arrugás se preparan con mucha sal por lo que es mejor moderar su consumo. Al vapor también puedes ser una delicia.

Mojo picón rojo

¡ Disfruta de lo auténtico! El otro día me pusieron unas papás arrugas con mojo rojo y la decepción fue monumental. Las patatas estaban duras y la salsa era industrial. El mojo casero es demasiado fácil, económico y sabroso como para perdérselo. Es una opción muy saludable para llevar a una barbacoa, tanto para acompañar la carne como una patata asada entre las brasas. ¡Simple y delicioso!

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